Habemus barco

Habemus barco es, sin lugar a dudas, la frase más importante de yomelargo. Es la frase que indica que finalmente sí. Demuestra el poder del deseo, de la imaginación y de la suerte. Demuestra que alguna estrella me guía y me hace pensar que ya no hay nada imposible en esta vida. Que las cosas ocurren, se van cumpliendo. El mayor agujero en mi viaje, la mayor duda, el gran interrogante: el océano pacífico, que temía pudiese acabar con mi sueño por imposibilidades, tiene ya una traza marcada y yo estoy en ella.

Comenzaba Abril cuando volví a Chile desde una frontera andina de senderos de ruta a pie y refugios argentinos de cuento. Llevaba meses cuadrando mis pasos para presentarme en la costa chilena justo en este mes, cuando, según me habían explicado los marineros, algunos barcos salen de estas bajas latitudes a surcar el pacífico sur hacia norte y oeste, pues la temporada de huracanes se acaba y las aguas, aunque frías, se calman.

Preparé un borrador en papel para dejar en todas las marinas de la ciudad de Puerto Montt. «Single person, male, 34, is looking for vessels heading west», comenzaba el escrito. Se me acababa el continente pero no las ganas de vivir, y mi única salida era el vasto Pacífico, con suerte hasta Nueva Zelanda, medio mundo por agua, donde podría empezar de nuevo un ciclo de viaje, el trabajo y sigo, el paso más importante, el que decide si sí o si no.

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El impresionante velero Zanzíbar, del que me gusta de entrada el nombre, tiene 105 pies de eslora, cerca de los 33 metros, lo que me sugiere más estabilidad, tiene propietario belga, bandera de islas Cayman pero tripulación argentina, lo que me sigue gustando mucho, y me ha aceptado como tripulante para trabajar hasta las islas Marquesas, en la Polinesia francesa. Esto último me fascina. Aunque no se qué haré después para continuar mi viaje, en el medio del Pacífico, pero algo se me ocurrirá, supongo.

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El barco está en Valdívia, por donde pasé muy tranquilamente hace unas semanas sonriente y confiado, buscando y preguntando. Ahora cuestiono con qué seguridad venía, pues sé lo díficil que se me ponía ya en Mayo mi objetivo. Pero un día que dormía en una copec, gasolinera chilena, se iba una niebla densa cuando recibí un email del capitán para entrevistarme por skype, y hoy escribo ésto en un camarote del Zanzíbar donde a veces me miro a un espejo riéndome de mi suertudo presente.

Zarpamos en una semana y estamos con todas las invariables tareas previas a una aventura así, aprovisionamiento y mantenimiento principalmente. Tocaremos Juan Fernández e isla de Pascua a medio camino pero por seguridad y en caso de necesidad. La intención es no parar hasta Polinesia para tener el barco allí en un mes (30 junio), lo que me hace despedirme por ese tiempo y entrar en el silencio del mar, que se reflejará en yomelargo.

Esperando para zarpar a bordo del Zanzíbar

Esperando para zarpar a bordo del Zanzíbar

5 comentarios en “Habemus barco

  1. El mes que está por transcurrir desde ahora que leo esto hasta el 30 de junio y saber de ti será (como) una espera penelópica de diez años (pero sin el como). Disfruta del camino. Esperaremos anhelantes tus noticias.

  2. Pingback: La bitácora del pacífico - Yo, me largo.

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